
Nuestro miedo más profundo no es el de ser inadecuados.
Nuestro miedo más profundo es el de ser poderosos más allá de toda medida.
Es nuestra luz, no nuestra oscuridad; lo que nos asusta.
Nos preguntamos: ¿Quién soy yo para ser brillante, hermoso, talentoso, extraordinario?
Más bien, la pregunta a formular es: ¿Quién eres tú para no serlo?
Tu pequeñez no le sirve al mundo.
No hay nada iluminado en disminuirse para que otra gente no se sienta insegura a tu alrededor.
Has nacido para manifestar la gloria divina que existe en nuestro interior.
Esa gloria no está solamente en algunos de nosotros; está en cada uno.
Y cuando permitimos que nuestra luz brille, inconscientemente le damos permiso a otra gente para hacer lo mismo.
Al ser liberados de nuestro miedo, nuestra presencia automáticamente libera a otros.
Pasaje del libro “A Return to Love” de Marianne Williamson, utilizado por Nelson Mandela para su primer discurso como presidente de Sudáfrica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario